domingo, 24 de julio de 2011

miércoles, 20 de julio de 2011

La Historia, la Real Academia y la objetividad.

La publicación de un Diccionario Biográfico por parte de la Real Academia de la Historia ha suscitado una amplia polémica social e historiográfica al detectarse un evidente sesgo ideológico en algunas entradas muy significadas de la historia contemporánea de España: la de Francisco Franco, la de algunos políticos del PP, la de Manuel Azaña, la de Negrín,… 
Este hecho nos puede ayudar a plantearnos una de las cuestiones más candentes  del análisis histórico: el tema de la objetividad. La historia no es una ciencia exacta, se trata más bien de un método de conocimiento. Pero ello no es óbice para que cada historiador haga de su capa un sayo y pueda escribir o publicar lo que quiera. Y lo que quiera tiene mucho que ver, en la mayoría de los casos, con las gafas ideológicas con las que se emprende el trabajo histórico. Hay que ser honestos, y para ello solo caben dos maneras: o confesamos nuestro punto de partida ideológico y aceptamos que nuestra interpretación es teleológica (es decir que pretendemos llegar a unos fines determinados aunque la documentación y el trabajo de investigación de otros historiadores nos desmientan claramente) o reconocemos nuestra pretensión de objetividad -aún reconociendo que la objetividad absoluta no existe en ninguna ciencia social-  y nos atenemos al rigor de la metodología histórica sin prejuzgar nuestra interpretación final. Todo lo demás es engañar al receptor.
El tratamiento de esas entradas se ha realizado desde una perspectiva claramente conservadora. Debía haberse advertido al lector o haber propuesto otras interpretaciones de historiadores menos sesgados y haber permitido al lector comparar y elegir. Se trata, además de una obra realizada con dinero público -un bien cada vez más escaso-  y las finanzas de todos no deben costear la publicación de panfletos ideológicos. Salió la palabra, hay una gran diferencia entre el trabajo historiográfico serio y el panfleto ideológico, sea de la ideología que sea. Y un buen científico social nunca debe confundir opinión con análisis historiográfico y si lo hace a sabiendas, manipula.
El artículo de Julián Casanova que incorporamos en la entrada -La Academia y la historia, publicado en EL PAÍS de hoy- muestra palpablemente algunos de los problemas que acabamos de señalar. Precisamente, saber historia nos debe salvar de manipulaciones e interpretaciones tendenciosas; si no es así conocer la historia no es más que otro pasatiempo.
Para leer el artículo pulsa la imagen.



martes, 19 de julio de 2011

75 Aniversario del inicio de la Guerra Civil

Ayer se cumplieron los 75 años del inicio de la sublevación militar que desencadenó la Guerra Civil española (aunque la sublevación había comenzado un día antes en Marruecos). El 18 de julio de 1936, una parte del ejército intentó dar un golpe de estado para derrocar al gobierno de la IIª República; al triunfar sólo en algunas regiones dejó a España dividida en dos y condenada a una larga guerra civil.
Es cierto que hace ya mucho tiempo que ocurrió aquello pero sus consecuencias condicionaron buena parte de la historia contemporánea de España durante el siglo XX y sus secuelas aún no están cerradas el todo: todavía se están exhumando fosas comunes donde yacen represaliados republicanos sin identificar.
Recordar y analizar son los instrumentos que tenemos para tratar de evitar algo semejante. Se trata, no obstante, de un tema muy ideologizado, del que se han hecho análisis muy sesgados que solamente pretenden la culpabilización del otro y la exhoneración propia; estas propuestas sirven exclusivamente para mantener vivo el recuerdo del odio. Para comprender como se gestó ese odio y como se utilizó durante el conflicto primero y después durante el franquismo es recomendable el libro del historiador inglés Paul Preston titulado El holocausto español.
Para conmemorar aquello nada mejor que este breve documental emitido ayer en los informativos de RTVE.


También es útil el siguiente enlace con información sobre el conflicto y un ejemplo de que el pasado se puede superar desde una situación de diálogo:  http://www.elpais.com/especial/aniversario-sublevacion-militar/