martes, 12 de febrero de 2013

La muerte de Prim

La historia suele mostrar situaciones o acontecimientos cuya finalidad se comprende bien en su contexto pero sobre los que recae un halo de sombra o de sospecha cuando la explicación que se da de ellos no resulta convincente. Hablamos, claro está, de las conspiraciones. La historia está llena de pequeñas conspiraciones pero también aparecen, de vez en vez, grandes conspiraciones que adquieren la forma de magnicidios; algunos no se resuelven nunca, otros, mucho tiempo más tarde.
Eso es lo que ha ocurrido con el asesinato de Prim. El papel político del general es bien conocido -veáse, por ejemplo: http://www.vadehistoria.com/marruecos/war44.htm - y no vamos a insistir en ello. Pero también resulta evidente que su asesinato truncó el asentamiento de una monarquía constitucional moderna en España; la oligarquía política española, poco propicia al modelo monárquico que representaba Amadeo,  y el juego de intereses internacionales que se estaba dilucidando en la Europa de 1870, donde Francia y Alemania se enfrentaban por la hegemonía en la Europa continental, gestaron el contexto propicio para el magnicidio.


 Imágenes de la momia de Prim y de las explicaciones
forenses de Mª del Mar Robledo. Fuente: EL PAÍS

Las investigaciones forenses realizadas por un equipo de la Universidad Camilo José Cela acaban de descubrir que Prim no murió a causa de los disparos recibidos en el atentado que padeció el 27 de diciembre de 1870 sino que fue estrangulado con una correa. Estos son los hechos, pero ¿quién lo asesinó?.
Es cierto que se detuvo a los asesinos materiales, al parecer republicanos, que contaron con la complicidad policial y que fueron amnistiados poco después, pero nada se sabe a ciencia cierta de sus instigadores. Aunque los estamentos oficiales quisieron inculpar a los republicanos, la tesis no parece sostenerse. Los historiadores hablan de una doble inducción: por una parte la del duque de Montpensier, que había perdido su opción a ser rey al ser superado en votos por Amadeo de Saboya; y, por otra parte, el general Serrano, un personaje con una gran ambición política y principal beneficiario político de la muerte de Prim.

Reproducción artística del atentado a Prim.
Fuente: ABC