En esta entrada, y para cerrar las aportaciones referidas al curso 2013–2014, vamos a analizar el examen de selectividad de junio en la Comunidad Valenciana.
La primera opción me parece bien planteada, tanto en los textos propuestos como en la estructura de las cuestiones teóricas. No puedo decir lo mismo de la segunda opción, al menos en lo que se refiere a la pregunta 4, que es la más importante en cuanto al valor de las calificaciones.
Esta cuarta pregunta presenta una dificultad significativa. El discurso que debe elaborar el alumno es largo porque se ve obligado no solamente a dominar los hitos del proceso preautonómico y autonómico sino también el inevitable contexto político en el que estos se desenvuelven. Se plantea también otro problema, en este caso historiográfico, ¿cuándo concluye la transición? o, en el lenguaje estudiantil, ¿hasta dónde llego?: el primer gobierno de Felipe González, el primer gobierno de Aznar, la constitución de 1978,… Una cuestión debatida que no ayuda a centrar la respuesta, máxime cuando se trata de un tema que aún está “vivo”. En este sentido, los textos aportan información pero no ayudan a focalizar el tema más allá de la existencia de varios nacionalismos.
Pero la cuestión más grave aparece en el apartado b. de la citada pregunta. Analizar el papel de los nacionalismos en la evolución de la política española de todo el siglo XX -¿papel referido a qué?: a las luchas políticas, a la cuestión territorial, a la discusión teórica sobre los tipos de nacionalismos, a la dialéctica entre el nacionalismo español y los periféricos, a todo…- en la evolución de la política española de todo el siglo XX, es una demanda tan amplia que resulta imposible abarcar en el marco temporal del examen de las PAU. Exige, además, un ejercicio de síntesis que adquiere una gran dificultad para alumnos que han estudiado una materia común y obligatoria con sólo 3 horas a la semana; para alumnos que no son estudiantes de historia ni tienen formación histórica previa.
En resumen, opino que a la hora de planificar los examenes de las PAU debe optarse por el rigor pero también debe pensarse en el alumnado al que van dirigidas las pruebas. Las posibilidades son muy amplias y es posible hacerlo correctamente, como bien se demuestra en el planteamiento de la primera opción.
Prueba de selectividad.
Respuesta a la prueba de Historia de España. PAU junio 2014
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