Iniciamos hoy el estudio de la Segunda República. Hemos visto la crisis de la Restauración y su fracaso a la hora de reformar las bases del sistema político; también hemos asistido a la inviabilidad del intento de perpetuación de la monarquía y del control oligárquico a través de la dictadura de Primo de Rivera. De su incapacidad surge la Segunda República, una etapa en la que eclosionaron todas las esperanzas de construcción de un régimen político democrático y una sociedad más justa e igualitaria.
Es verdad que la coyuntura histórica no fue demasiado propicia (una crisis económica provocada por la Gran Depresión iniciada en 1929; el auge de los fascismos y de los gobiernos autoritarios en Europa, etc.). Además, en España, los grupos oligárquicos y las fuerzas conservadoras, acostumbradas a tener el poder, no vieron con buenos ojos las políticas reformistas de los primeros gobiernos republicanos y radicalizaron su oposición. Lo mismo hicieron algunos sectores anarquistas, socialistas y comunistas, deseosos de implantar una revolución. No obstante, este proceso de radicalización, que se puede observar en los discursos de las fuerzas políticas, aunque planteó graves problemas a los gobiernos democráticos republicanos no conduciría inexorablemente al golpe de Estado del 17 de julio de 1936. Esa fue la opción de parte del Ejército y de las fuerzas más conservadoras, pero siempre hubo otras opciones posibles para solucionar los problemas de la Segunda República.
La siguiente cronología pretende situar los principales acontecimientos de este período histórico:
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