La crisis económica de 1866 desempeñó un relevante papel en el cambio de ciclo histórico que representó la crisis final del reinado de Isabel II y el desencadenamiento de la revolución de 1868. En ella incidieron tanto factores internacionales -subida de precios del algodón, aumento de intereses de los préstamos. inseguridad financiera- como nacionales -fracaso en la explotación de la red ferroviaria, crisis agrarias, crisis del sector textil, fallida de bancos e instituciones crediticias, etc.-
La conjunción de estos fenómenos hizo que esta crisis incidiera más gravemente en España que en otros países europeos, especialmente por las importantes repercusiones políticas que tuvo.
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